La Basílica de Covadonga es uno de los pocos ejemplos neorrománicos que encontramos ya que en Asturias este estilo tenía un significado especial. Se debe al arquitecto valenciano Federico Aparici quien proyectó una iglesia de tres naves y crucero en estilo románico, con elementos normandos como el diseño de las torres, mezclados con elementos italianizantes en el exterior de la cabecera.
La Catedral de La Almudena. Con Alfonso XII Madrid se convierte en sede episcopal y se decide levantar una gran catedral. La Corona cedió unos terrenos frente a la fachada principal del Palacio Real para que el marqués de Cubas levantara el proyecto. El edificio es neogótico interiormente y de recubrimiento clasicista. Consta de tres naves más dos de capillas entre contrafuertes, crucero, girola con capillas y dos torres a los pies flanqueando la fachada principal.
Entre las iglesias neogóticas más sorprendentes se encuentra la de San Juan Bautista en Arucas (Las Palmas), conocida popularmente como la "catedral" sin que realmente lo sea. El arquitecto catalán Manuel Vega y March dotó a las torres del espíritu gótico que contrasta con la arquitectura isleña del entorno.